Preguntas más frecuentes

Después de que he tenido un derrame tengo más probabilidad de tener otro?

Sí. Las personas que han tenido un derrame tienen un mayor riesgo de tener otro derrame especialmente durante el primer año después del derrame inicial.

¿Qué puede hacerse para disminuir mi riesgo de tener otro derrame?

Su riesgo de tener otro derrame es más alto si usted es mayor de edad, si fuma cigarrillos o si consume demasiado alcohol. El riesgo también está aumentado si tiene la presión alta, el colesterol alto, si tiene diabetes o si está obeso. Su riesgo también está aumentado si tiene insuficiencia cardiaca o si ha tenido un accidente isquémico transitorio, AIT (a veces conocido por sus iniciales en inglés como TIA o un “mini-stroke”).

Usted puede disminuir su riesgo de tener otro derrame haciéndose chequeos con regularidad. Su médico puede trabajar con usted para mejorar su salud. Su usted fuma, deje de fumar. Controle su presión sanguínea y disfrute el ejercicio físico con regularidad.

¿Y con respecto a la depresión después de un derrame?

Pueden ocurrir cambios emocionales a partir de un derrame por la lesión cerebral y la pérdida de la función. Después de un derrame su temperamento puede tener altibajos más rápidamente que antes o usted puede deprimirse. Usted puede comenzar a llorar de repente y luego parar rápidamente o puede comenzar a reir sin razón alguna.

Al poco tiempo de ocurrir el derrame usted puede encontrar que se le dificulta controlar sus emociones. Usualmente, esto mejora con el tiempo. Es comprensible si usted se siente deprimido, triste o frustrado. Estos sentimientos hacen parte de acostumbrarse a los cambios que trajo consigo el derrame. Las reacciones emocionales y la depresión son comunes después de un derrame pero pueden tratarse. Hable con su médico acerca de estar deprimido y triste.

¿Y con respecto a manejar automóvil después de un derrame?

Manejar le da una sensación de independencia y usted puede querer manejar después de su derrame. Sin embargo, un derrame puede afectar su movilidad, visión, pensamiento y habilidad para comunicarse. Su tiempo de reacción también puede estar disminuido. Piense con cuidado acerca de cómo estos cambios pueden afectar su seguridad propia y la seguridad de los demás. Su médico le puede ayudar a decidir cuándo y si es seguro para que usted maneje después del derrame.

Llame al departamento de vehículos de motor de su estado y pregunte qué reglas se aplican a las personas que tan tenido un derrame. Es probable que a usted le hagan un examen para evaluar su conducción, que le den instrucción en aula y sugerencias para modificar su vehículo. Los programas de entrenamiento para conductores con frecuencia son disponibles a través de centros de rehabilitación.

Si no puede manejar trate de consolarse con el hecho de que ha tomado una decisión responsable para su seguridad y para la seguridad de los demás. Existen otras formas de transporte inclusive el transporte público, camionetas especiales, taxis y los amigos y la familia le pueden llevar. Averigüe con servicios comunitarios tales como grupos de ciudadanos de la tercera edad y agencias de voluntarios locales.

¿Qué pueden hacer los parientes para ayudar a que su ser querido se recupere después de un derrame?

Si usted es pariente de alguien que ha sufrido un derrame usted debería alentarle y apoyarle. Visite a su ser querido en el hospital y en el centro de rehabilitación. Si él o ella tiene dificultad para hablar pregúntele al terapista de lenguaje cómo le puede ayudar. Usted puede relajarse con su familiar mientras juegan cartas, miran televisión, escuchan la radio o juegan con juegos de tablero.

Algunos lugares ofrecen clases para sobrevivientes de derrames y sus familias. Pregunte si puede ir a algunas sesiones de rehabilitación. Esta es una buena manera de aprender cómo funciona la rehabilitación y cómo ayudar a que su ser querido se mejore.

Aliente y ayude a su miembro de familia a practicar las habilidades que ha aprendido en rehabilitación. Asegúrese de que el personal de rehabilitación sugiera actividades que se ajustan a las necesidades e intereses de su ser querido. Determine qué puede hacer por si mismo él o ella, qué puede hacer con ayuda y qué no puede hacer del todo. Evite hacer cosas para su miembro de familia que él o ella está en capacidad de hacer solo. La confianza aumentará con cada tarea que él o ella puede hacer sin ayuda.

Pídale al médico de su ser querido y al personal de rehabilitación que se reuna con usted y con su familia de modo que todo mundo pueda hacer preguntas y determinar cómo está reaccionando su ser querido. Además, cuídese a si mismo comiendo bien, descansando suficientemente y tomando tiempo para hacer las cosas que usted disfruta.